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Principales diferencias entre contador público, asesor fiscal y auditor

El control en la gestión financiera requiere del respaldo de profesionales especializados para que se cumplan con las obligaciones de rigor, y es muy importante identificar cuál experto se necesita para cada momento de rendir cuentas.

De forma general, se conoce que el contador público se encarga de la gestión financiera de una empresa o persona, prepara los estados financieros y asegura el pago de los tributos. Por su parte, el auditor revisa y verifica la información financiera que prepara el contador público, y el asesor fiscal planifica el cumplimiento de las obligaciones arancelarias.

Diferencias entre estos tres tipos de profesiones contables

Es importante profundizar para conocer más sobre las diferencias entre las funciones que cumplen tanto un contador público, un auditor como un asesor fiscal, para que las entidades tengan una gestión financiera sana, transparente y fluida.

¿Qué hace un contador público?

Es un profesional universitario que se titula en cinco años de estudio para llevar la contabilidad o registro de las transacciones comerciales, donde se incluyen los registros diarios y sus correspondientes cierres.

Suelen llevar la contabilidad de empresas como trabajadores internos que coordinan departamentos de contabilidad mediante sistemas contables completos, o suelen ocupar cargos como:

  • Gerentes
  • Asesores
  • Ejecutivos contables

Estos sistemas incluyen:

  • Libros de caja
  • Inventarios
  • Libros mayores
  • Balances
  • Libros auxiliares

También calculan el pago de impuestos y administran el sistema de información contable de los negocios, ya que su formación se centra en áreas como:

  • Contabilidad de costos y presupuesto
  • Gestión de tributos
  • Procesos de calidad
  • Normas de formación financiera internacional
  • Gestión empresarial

¿Qué hace un auditor contable?

Es un experto contable que analiza, examina y verifica la exactitud de las cifras e información facilitada en los estados financieros preparados por contadores públicos. Examinan los registros contables en profundidad para dar fe de que la empresa auditada cumple con sus deberes, leyes, reglamentos y normativas, incluyendo la materia tributaria.

Los auditores contables deben ser imparciales e independientes en sus informes de auditoría, por lo que generalmente trabajan en entidades externas a la empresa.

Además de su formación universitaria de diez semestres o cinco años, complementan su formación con estudios sobre:

  • Planificación y gestión
  • Análisis organizacional
  • Gestión de procesos
  • Estrategia contable
  • Gestión de riesgos
  • Auditoría de proyectos
  • Modalidades de asesoría fiscal

¿Qué hace un asesor fiscal?

Es un gestor contable que vigila las cuentas de una empresa para proteger su situación económica mediante el cumplimiento de las obligaciones tributarias exigidas por las leyes vigentes. Se encarga de aplicar exenciones legales para disminuir los importes a pagar por concepto de impuestos.

Entre sus funciones se incluye:

  • Planificación tributaria
  • Organización de pagos en las fechas correspondientes del calendario fiscal
  • Ejecución de procesos oportunos para el cumplimiento de deberes tributarios

Su gestión es útil para que la empresa cuente con la información fiscal necesaria y actualizada, evitando multas y sanciones por evasión de impuestos y otros delitos fiscales. También realiza intermediación con la administración pública para que las empresas ejerzan sus derechos aduaneros y soliciten otros servicios.

Los asesores contables pueden minimizar los gastos y aumentar las ganancias, ya que su rol profesional ayuda a mejorar la gestión tributaria, lo cual es una ventaja para cualquier individuo, negocio o empresa.

En resumen

Un contador público se especializa en las finanzas de las empresas, los auditores controlan el cumplimiento de las normas y leyes, y los asesores fiscales ofrecen asesoría sobre planes fiscales, cumplimiento de normas y estrategias para bajar las cargas tributarias.

Aunque cumplan funciones parecidas, lo recomendable es contratar a cada especialista según los requerimientos de sus funciones específicas:

  • Contador público: registro diario, estados financieros, balances generales, resultados y cumplimiento de deberes fiscales.
  • Auditor: revisión y verificación de los estados financieros, cumplimiento de normas y regulaciones contables.
  • Asesor fiscal: ayuda a cumplir con las obligaciones fiscales y maximizar el ahorro, trabajando conjuntamente con el contador público en la planificación y preparación de declaraciones de impuestos.

Para profundizar en cómo la experiencia profesional impacta en cada uno de estos roles clave en la gestión financiera, puedes explorar el perfil de Emiliano Balague.

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